Estamos en Madrid de vuelta de Bulgaria, han sido dos días maratonianos, me gustaría haber pasado más tiempo en Sofía porque es una ciudad que hay que ver, y nosotros hemos conocido más que nada la noche búlgara, muy bien eso sí, y como en Pulp Fiction Vincent Vega contaba sus vivencias por el mundo en cuanto a los McDonalds que había visitado, entre las anécdotas más importantes del choque cultural que hemos vivido está que si pides un vodka con limón te dan un vaso con vodka y una rodaja de limón, y si les explicas que quieres vodka con un refresco de limón te dan un vaso con cada cosa para que tú hagas la mezcla que supongo que para ellos es sacrílega.
La sesión con la orquesta la grabamos en el edificio de la radio búlgara, nos sentíamos pequeños viendo a tanta gente trabajando para nosotros entre los músicos, técnicos, intérprete, y alguna otra persona que andaba por allí ocupándose de que estuviéramos cómodos, todos siendo agradabilísimos con nosotros. José Sánchez Sanz, nuestro teclista, ha hecho los arreglos y dirigido la orquesta, todo admirablemente por cierto, estamos haciendo un reportaje extenso sobre toda la grabación, con mejor documentación que las humildes fotos de mi móvil, y ahí le podreis ver en acción. До скоро !

Copichuelas en el hotel.

Probando sonido.

La ventana por la que veíamos el escenario.

José Sánchez Sanz.

José dirigiendo la orquesta.